Los diferentes tipos de collarines cervicales.
Sirven para inmovilizar la columna a nivel cervical, con el fin de evitar lesiones.
Se usa tanto en la recogida como en el transporte del paciente y para la realización de radiografías que así lo requieran.
El collarín ayuda a estabilizar la columna cervical o el cuello siempre que se haya producido una lesión en alguna parte que afecte directamente a éstas dos zonas y provoque dolor o, después de una cirugía.
Según el tipo de lesión y el tratamiento que se indicó para curarla, se establecerá el tiempo necesario de su uso.
El médico especialista es quien indicará el periodo de tiempo que deberá usarse para que no ocurra ningún efecto adverso.
Así como el tiempo debe ser exactamente el necesario, no mayor ni menor al indicado por un especialista, los usos que se le deben dar a dicho collarín también son específicos.
En el caso de lesiones cervicales las indicaciones de uso son las siguientes:
1) Usar el collarín en todo momento. De no hacerlo se puede provocar más dolor.
2) Protección en contra de patologías.
3) Apoyar el cuello al dormir. Si, por indicaciones médicas, el collarín puede quitarse por las noches, es necesario conseguir una almohada especial para el cuello a fin de que la cabeza tenga soporte.
4) Si se está sentado la mayor parte del día, ya sea por circunstancias laborales o personales, es muy importante apoyar el cuello y la espalda en la silla, mantener la computadora o el celular y cualquier documento al nivel de lo ojos, y en caso de utilizar mucho el teléfono, es preferible hacerlo con el manos libres.
5) Actividades limitadas. El primer día que se colocó el collarín, no se podrá realizar ninguna actividad “brusca” que comprometa el uso de la movilización del cuello y la zona de alrededor, para ayudar a que el dolor y la inflamación disminuyan.